Con el corazón lleno de esperanza y gratitud al Espíritu Santo, los Salesianos Cooperadores acogemos con fe y alegría la elección del nuevo Papa. Como hijos e hijas espirituales de Don Bosco, sentimos una profunda comunión con la Iglesia y renovamos nuestra disponibilidad para caminar con el Sucesor de Pedro, en fidelidad al Evangelio y al servicio de los jóvenes y de los más pobres.
El primer mensaje del nuevo Santo Padre ha resonado con fuerza en nuestros corazones. Su invitación a la unidad, la oración y la cercanía al pueblo no es solo un llamado para toda la Iglesia, sino también una interpelación directa a nuestro compromiso como laicos consagrados en el mundo. Al recordarnos que la Iglesia debe ser un hogar abierto para todos, especialmente para los que más sufren y para los que buscan sentido, el Papa nos confirma en nuestra vocación salesiana: ser signos visibles del amor de Dios entre los jóvenes, especialmente los más necesitados.
Su humildad al pedir oraciones antes de impartir la bendición es un gesto profundamente evangélico. Nos habla de un liderazgo que no se impone, sino que camina junto al pueblo. Como Salesianos Cooperadores, llamados a vivir el espíritu de Don Bosco en nuestras familias, comunidades y ambientes cotidianos, nos sentimos invitados a renovar nuestro servicio con sencillez, escucha y cercanía, siendo «buenos cristianos y honrados ciudadanos».
Este nuevo tiempo en la Iglesia nos impulsa a reforzar nuestra identidad apostólica, a vivir la sinodalidad con alegría y a dejarnos guiar por la esperanza, sabiendo que el Espíritu sigue actuando en medio de nosotros. Con María Auxiliadora, estrella de nuestra vocación, nos unimos en oración por el nuevo Papa, para que el Señor lo fortalezca en su misión de confirmar a sus hermanos en la fe y de conducir al Pueblo de Dios por caminos de justicia, paz y misericordia.
Consejo Provincial
San Gabriel Arcángel.